TESTIMONIO BETTY



Mi niñez:

Recuerdo mi niñez como si hubiera sido ayer, pues ¿Quién no fue niño alguna vez?, la niñez es una de las etapas más importantes para el ser humano, ya que aprendemos cosas que nunca habíamos visto antes, como hablar, caminar, saber comportarnos, entre muchas cosas más. Ahora hablemos sobre la adolescencia temprana que varia entre los 12 o 13 años, esa edad fue muy significativa para mi ya que estaba en segundo de secundaria, estaba destacando en mi rendimiento escolar, pero que sucede: al momento en el cual yo me doy cuenta de ello me preocupo más por destacar y llegar temprano a mis responsabilidades, el problema era que no era muy organizada y quería todo a la vez, llegue a pensar que debía evitar hacer ciertas cosas para hacer otras lo cual fue un grave error por que lo que omití fue el comer, ojo no estoy orgullosa de ello, ya que fue una irresponsabilidad de mi parte, pues puse en riesgo mi salud.

Señales de alerta:

Seguí así por meses, y sin darme cuenta las personas a mi alrededor empezaron a notar que estaba bajando de peso y no solo eso, estaba con un color amarillento, ojeras y ya no tenía la misma energía para hacer las actividades que más me gustaban, a pesar de lo que me decían y las señales de alerta yo hice caso omiso, pero había un detalle que era muy importante y aunque en ese tiempo no lo reconocía, ahora que pasaron años reconozco que hubieron señales de alerta los cuales fueron: mi ropa me quedaba muy floja (tuve que mandarlo a achicar o comprar ropa nueva), empecé a descompensarme al hacer actividad física, me dolía mucho la espalda, comencé a tener tos (el cual no me dejaba). Pasaron 2 meses aproximadamente y mi salud se iba deteriorando más y más hasta que llegó una noche en la cual no pude aguantar, sentí como si me estuviera muriendo pues me dolía mucho la espalda al respirar sentía como cuchillas ahí, al día siguiente tomé fuerzas y fui a estudiar pues era lo que más me importaba ante todas las cosas, pero mi mamá no se quedo tranquila con la situación y me recogió del colegio a mitad de la clase para llevarme al hospital; donde me sacaron análisis de sangre y a los días me dieron los resultados, me citaron ese día y me dijeron que tenía TBC y el motivo de mi contagio fueron las bajas defensas que tenía pues no comía bien, debía tener tratamiento y reposo, pues mi cuerpo estaba tan deteriorado que recuerdo lo que el doctor me dijo ese dia “me parece sorprendente verte caminar y andar, cuando tu cuerpo esta deteriorado y en muy mal estado, ahora deberás tomar reposo y pensar en tu salud”, cuando el doctor me dijo eso fue un balde de agua fría para mi pues yo en mi mente pensaba que estaba bien y que nada malo pasaba pero no fue así, todo pasaba y nada estaba bien, me deprimí mucho y debo admitir que ese día lloré sin consuelo. Al día siguiente fui a tomar tratamiento a aunque no fue nada fácil lo hice, pasó un mes y me sentía de más ánimos pues me sentía mucho mejor y eso significaba que podría volver a estudiar pronto, hasta que me volvieron a citar para decirme que era resistente a algunos medicamentos y debían aumentarme y agregar una ampolla diaria... y no solo eso, mi tratamiento ahora sería por un año y medio más y las posibilidades de volver al colegio, hacer de nuevo las actividades que me gustaba hacer me era difícil.

Frustración:

Pasaron meses y empecé a frustrarme demasiado, alejé a mis amigos, me encerré cada día más en mi mundo, me amargué conmigo misma, no había ni un solo día en que llorara por ver todo lo que perdí, llegué a odiarme e incluso quería desaparecer de este mundo, pensaba en ello todos los días… todo era deprimente para mi pues cada día era igual, no se me permitía hacer nada, ni podía caminar unos minutos por que me faltaba el aire. Tenía mucha envidia al ver como los que eran mis amigos hacían su vida, pues anhelaba yo hacer lo mismo y siempre terminaba llorando y enojándome más conmigo misma, llegue a tener ansiedad, ira, estrés, depresión e incluso había veces en las cuales me lastimaba por ello.

Alguien especial:

Hasta que conocí a alguien que me ayudó a salir de todo esto, me fue difícil ya que estaba amargada con mi vida que no quería conocer a nadie más ni tener ningún amigo, pero esa Mario me hizo ver otro mundo, para mi fue como un ángel ya que cada que lo veía el brillada y me sacaba una sonrisa, me di cuenta que los días pasaban muy rápido por su compañía. Pasaron meses y me quedé muy pensativa pues tenia miedo de los prejuicios, ya que tenía miedo que si se lo contaba a alguien, esa persona se alejaría y es por eso que a el no se lo conté nunca. me di cuenta que quería ser mejor pero no solo por el sino por mi misma, por que quería una vida diferente y salir adelante, me sentía más animada pero… no todos los días eran así, tenía bajones emocionales en los cuales alejé a Mario, pero el no se rindió y hacia lo posible por verme feliz, yo en ese tiempo no me di cuenta pero hoy en día me di cuenta que el fue un punto especial que hizo que saliera de ese hueco.

Volver a la normalidad o quizás…no?

El doctor me dijo que ya no contagiaba y que mis defensas cada vez estaban mejor así que podía volver a estudiar (aunque no me lo recomendaba porque me podría afectar emocionalmente), así que volví a estudiar, por un tiempo todo estuvo bien pero si me afectó por que vi cuanto tiempo perdí, las cosas que no pude realizar en su momento(aunque ahora para mí no fue algo perdido pues era para cuidar mi salud), empecé a deprimirme de nuevo y me salí otra vez…tuve que estudiar en línea y otra vez alejarme de todo.

El día más esperado:

Pasaron meses y llegó año nuevo, y yo era la persona más feliz pero no por que era año nuevo, sino por que a los dos días me darían de alta… llego el día tan esperado y efectivamente, me dieron de alta y me alegré muchísimo por que significaba que haría mis cosas de nuevo sin restricciones, pero no todo fue fácil ya que salir de esa etapa no sería tan sencillo como pensé. Comencé a estudiar otra vez y no fue fácil por que me volví a deprimir y a pensar en todo lo que perdí y si, salí de estudiar y de nuevo a hacer clases en línea; por otro lado Mario se empezó a volver más unido hacia mi y me invitaba a salir para animarme y hacerme ver que la vida es muy bonita y debo salir adelante. Empecé a ver la vida de ese modo y el otro año me puse las pilas y me metí a clases de verano para actualizarme y estar más preparada para mi nuevo año escolar.

Llegó la pandemia

Llego la pandemia y todo se fue al tacho, otra vez encerrada… aunque ya lo estaba superando me afectó y me deprimió pero no me quedé ahí, logré terminar mi secundaria y aunque antes me hubiera echado a llorar, esta vez quería salir adelante y hacer “una cosa a la vez”.

El 2021 fue un año definitivo pues estaba naciendo una nueva Betty, tenía más sueño y empecé a prepararme, me metí a estudiar diseño gráfico.

La nueva Betty:

Debo admitir que me moría de miedo pero dije “¡NO!, Betty no todo es imposible” me armé de valor y comencé a estudiar la carrera, debo admitir que aún no es fácil…pero no todo en esta vida es fácil y si queremos lograr nuestros objetivos debemos arriesgarnos, aún tengo bajones emocionales, ansiedad, hay veces en las cuales el comer me es difícil y no por que no quiero sino por que se me hace un nudo en la garganta, desarrollé un cuadro de estrés severo y aún soy insegura de mi misma, por que tengo miedo de no rendir en mi carrera.

 Si relato esto es con el objetivo de dar más importancia a la salud mental, porque estoy sanando… hoy en día en el año 2022 soy una Betty más segura de si misma, más fuerte, tengo muchas metas y sueños que quiero cumplir y aunque aun tengo esos problemas mencionados anteriormente no quiero rendirme y no lo voy a hacer, cada día es una lucha la cual no puedo perder por que es mi vida y yo quiero ser mejor.

Recuerda: No estas solo, si te sientes mal o tienes problemas no lo minimices, la salud mental no es un juego.




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